
Los que tenemos animales, sobre todo perros, sabemos la unión que se forja. Un lazo de unión que sólo nosotros lo sabemos. Cuando son cachorros son unos pillos, haciendo trastadas, y necesitan de nosotros, pero cuando son mayores y se ponen malitos, también depende de nosotros. sus vidas son muy cortas, pero intensas, puras, con una lealtad que el humano debería aprender de ellos. Yo los adoro, y adoro a las personas que sienten lo mismo, porque es puro amor. Os dejo un despertar con ellos…